5 Errores Comunes en la Limpieza de Albercas y Cómo Evitarlos en la CDMX

5 Errores Comunes en la Limpieza de Albercas y Cómo Evitarlos en la CDMX

Mantener una alberca limpia y en condiciones óptimas no es tarea fácil, especialmente en la Ciudad de México (CDMX), donde factores como la contaminación, el clima y la dureza del agua pueden complicar el proceso. Sin embargo, evitar ciertos errores comunes en su mantenimiento puede hacer una gran diferencia en la calidad del agua y la longevidad de la alberca. Aquí te presentamos cinco de los errores más frecuentes en la limpieza de albercas y cómo evitarlos.

1. No Mantener el Equilibrio del pH

Uno de los errores más comunes es no revisar regularmente el pH del agua. El pH es crucial para evitar problemas como el crecimiento de algas, la irritación de la piel y ojos, y la corrosión de los equipos de la alberca. En la CDMX, donde el agua es generalmente más dura, el pH tiende a ser más alto, lo que puede causar que el agua se vuelva alcalina.

Solución: Usa un kit de prueba para medir el pH semanalmente y ajustarlo si es necesario. El rango ideal de pH debe estar entre 7.2 y 7.6. Si el pH es muy alto, puedes utilizar un corrector de pH. Si es demasiado bajo, un elevador de pH será necesario.

2. Descuidar la Limpieza del Filtro

El filtro de la alberca es el encargado de mantener el agua libre de impurezas. Muchos propietarios olvidan o procrastinan la limpieza y el mantenimiento de este sistema, lo que puede llevar a una filtración ineficaz, agua turbia o incluso daños al sistema.

Solución: Limpia el filtro de la alberca cada 1-2 semanas, dependiendo del uso. Si es un filtro de cartucho, asegúrate de limpiarlo a fondo o reemplazarlo cuando sea necesario. En filtros de arena o diatomeas, realiza un retro-lavado periódico para eliminar las impurezas acumuladas.

3. No Retirar la Suciedad Superficial a Tiempo

Dejar que la suciedad, hojas y escombros se acumulen en la superficie del agua puede dificultar la limpieza y obstruir los filtros. Además, si se dejan por mucho tiempo, estos residuos pueden contribuir a la proliferación de bacterias y algas.

Solución: Usa una red o skimmer para retirar la suciedad flotante al menos una vez al día, especialmente en épocas de lluvias o viento. Esta acción simple ayuda a mantener el agua más limpia y reduce la carga de trabajo del filtro.

4. No Controlar el Nivel de Cloro

El cloro es esencial para mantener el agua desinfectada, pero es fácil cometer el error de usar demasiado o muy poco. El exceso de cloro puede irritar la piel y los ojos, mientras que la falta de este puede generar un ambiente propenso al crecimiento de bacterias y algas.

Solución: Controla el nivel de cloro utilizando un kit de prueba y ajusta según sea necesario. El nivel ideal de cloro debe ser entre 1 y 3 partes por millón (ppm). Si el nivel es bajo, agrega más cloro. Si está alto, espera a que se estabilice o usa un neutralizador de cloro.

5. Ignorar la Protección Contra el Clima

En la CDMX, las condiciones climáticas pueden ser muy variables. Durante la temporada de lluvias, la acumulación de hojas y escombros es común, mientras que en épocas de calor extremo, el agua se evapora más rápido, lo que puede alterar el equilibrio químico.

Solución: Durante la temporada de lluvias, cubre la alberca con una lona o cubierta para evitar la caída de hojas y suciedad. Además, monitorea el nivel del agua regularmente, especialmente en días de mucho calor, y agrégale agua si es necesario.

Evitar estos errores comunes te ayudará a mantener tu alberca en óptimas condiciones durante todo el año. Con un mantenimiento adecuado y la atención a los detalles, podrás disfrutar de una alberca limpia y segura, sin importar los desafíos que el clima de la CDMX pueda presentar.